viernes, 5 de abril de 2013

La humilde balada


¿Qué tal gente lectora? Espero estén pasando unos instantes muy buenos, porque yo sí. Comenzaré diciéndoles que aún no me acostumbro a tener tan continuamente algún relato sobre el cual compartirles en este espacio y creo que en gran medida se debe a mi escuela y las cosas que la rodean.
En esta ocasión les quiero relatar sobre una experiencia muy simple que viví hace cómo dos días:

“…Yo me encontraba en un camión de camino a casa después de una semana de escuela; si enumeráramos los asientos de mayor a menor de izquierda a derecha comenzado por el conductor (filas de 4 asientos divididas por en 2 por el pasillo), yo estaba en el número 14.

Llevaba un libro leyendo así que no note el momento en que una persona con guitarra y sombrero subió al auto bus. Después de la salida de la central calculo que pasaron 20 min hasta que me di cuenta de la presencia de esta persona y fue porque comenzó a tocar una canción.
Era un hombre de como 25 años, test morena clara, usaba una camisa fajada cuyo color vagamente recuerdo, creo que era blanca con líneas delgadas color rosa, medía aproximadamente 1.55 m, tenía una cara redonda, casquete muy corto de los flancos y medio corto en la parte central de la cabeza (lo note cuando se quitó el sobrero, si no hubiese jurado que tenía la cabeza afeitada totalmente).

Lo recuerdo bien porque me llamó la atención una de sus canciones, sin embargo no tanto así recuerdo la letra; relataba algo como la vida de un hombre justo que iba por el mundo ayudando a la gente pobre y humilde y que despreciaba a la gente rica. A las canciones que le siguieron no les puse tanta atención y por fin este sujeto termino de tocar y pidió unas monedas que “no afectarán nuestros bolsillos”.
Quiero aclarar que en esa semana que había pasado el costo de mis proyectos habían hecho que empeñara hasta los órganos vitales para poder comprarlos; admito que  consideré mucho el darle tan solo un poco de dinero, tanto así que cuando me pido cooperar le dije que me disculpara, que ya no tenía dinero, y el siguió su camino entre asientos y me puse a reflexionar.

Me sentía culpable por no haberle ofrecido nada, después de todo sin él no tendría nada que relatar, así que saque de mi cartera $1.50, me levanté, se los entregue y después me lleve una gran sorpresa.

Esperaba algo más que una cara de desprecio cuando le entregue las monedas, esperaba un gracias o por mínimo una sonrisa, algo que demostrará que estaba feliz con lo que yo le había dado, pero no, en cambio solo se me quedo grabado su rostro lleno de indiferencia (supongo que haberle entregado un billete hubiese dibujado algo más en su cara), y así regrese a mi asiento como devuelto por un golpe …Y entonces eche a volar mi loca mente con este cegador chispazo que la vida lanzo por un instante…”

Antes que nada quiero decir que la parte central  de este relato fue la canción que este hombre tocó, probablemente la única razón por la que escribí esto es por ella. No sé si  el que la tocó fuese el autor o si alguien más la escribió, pero de lo que estoy seguro en un 200% es que esa canción es de una mente mexicana. Podría apostar que el 90% de la población en México apoyaría la balada.
Pensémoslo ¿Por qué defiende a los pobres y odia a los ricos? ¿Acaso solo los pobres son buenos y los ricos son malos? ¿Porque yo (y no sé ustedes) me sentí identificado con la letra? De algún lado salió ¿de dónde?

Por desgracia en mi amado país las personas ricas suelen hacerse aún más ricas haciendo más pobres a los que ya son pobres (suena a una maldita espiral, lo sé) y el sistema esta tan perfectamente alineado para que las leyes no se apliquen a estos “consumidores terciarios” y afecten más a la ya de por si población en desventaja.

Los crímenes sin castigo y causas sin consecuencias me hacen recrear en la mente algo así como un tipo de cadena alimenticia, pero que en este caso representa la situación de México.


Veamos, imaginen una lámina de la cadena alimenticia (que agradezco todos han comprado alguna vez), en el paisaje nos encontraremos primero a los productores (que por lo general son representados por bacterias y platas) estos serían los impuestos del propio pueblo, le siguen los consumidores primarios (animales herbívoros  que se alimentan de los productores, como los siervos) que representarían el pueblo en sí, los consumidores secundarios serían los diputados (animales que devoran a los consumidores primarios que mueren, como lo son los buitres) y en la cúspide los consumidores terciarios (que haciendo una modificación sería animales que comen desde productores hasta propios consumidores terciarios,  un despiadado animal omnívoro, que bien podría representarse por un humano) ,los “altos” políticos como gobernadores, el presidente u otros burócratas más astutos que no se dan a conocer.

Si se preguntan quién es el creador de esta cadena les puedo decir que no fue la naturaleza precisamente.

Digamos que en un universo paralelo existe otro dios el cual controla la cadena que acabo de inventar, por desgracia su puesto fue tomado por un candidato que compro los votos de los otros consumidores, y por si la corrupción fuera poca cosa este representante antes pertenecía al grupo de los consumidores terciarios, entonces yo me planteo ¿será tan bondadoso este nuevo dios de tal suerte que ayude a los pobres consumidores primarios a ser algo más que bultos mal alimentados que solo servirán como alimento?
Si existe algo que agradezco es que el puesto de dios no se puede elegir en mi país.

Tal vez me equivoque, o tal vez no, pero podría apostar a que este representante divino apoyaría de una y mil formas a los miembros de su calaña creando leyes naturales que solo se aplicarían a los otros grupos excepto al suyo y obligando a los consumidores primarios a reducir su consumo de productores para que los consumidores terciarios el alimentarse sea una tarea tan simple que cazar ni se contemple, las pobres presas tontas, agobiadas y confundidas entrarían sin más a la boca del cazador porque pensarían que existe más honor en morir que en enfrentar a esa minoría en una gran manada que fácilmente podrían formar… claro sigo hablando de animales solamente.

¿Por qué estos consumidores primarios que forman la parte central y óptima de mi cadena (sin ellos no existirían los productores) permiten que solo una minoría sea la que sale beneficiada de todo el sistema? ¿Acaso no se han dado cuenta de la importancia de su papel? Bien (y vaya que muy bien) podrían existir sin la necesidad de los productores sucesores y más sin en cambio los terciarios no podrían sobre vivir solos. En el caso lógico el grupo de los productores primarios deberían ser los que llevarán la ventaja de esta situación ¿Qué les hace falta? Vaya que todo lo anterior parece un mal chiste pero eso pasa cuando un solo animal juega a ser el dueño de un sistema.

Ahora quiero volver a donde empecé. Cuando este hombre terminó de tocar su canción yo miraba por la ventanilla e imaginaba a un siervo algo desnutrido, el cual acababa de escapar de su muerte un día más y  que caminaba con cierto pesar buscando comida, era muy claro que se encontraba enojado e impotente por su situación,  entonces desesperado chilló una balada que le hacía sacar esa opresión que él sentía.

Pero si eres un siervo mal agradecido que escupe a lo poco que otros le entregan puede ser que en realidad merezcas ser alimento de leones.

Ese es mi punto, no es malo ser pobre si eres humilde, es malo ser pobre si eres tan cretino como alguien mal adinerado porque en ese caso la única diferencia entre tú y ellos será el dinero.



Poner animales salvajes en esta situación no representa del todo al fenómeno que vivimos (la inocencia de un animal compensa las acciones que realiza, de hecho creo que los insulto al querer compararlos con personas corruptas) pero lo que me sorprende es que la evolución apunta a que nosotros, las personas deberíamos ser mejores animales pero solo indica que somos predadores aún más despiadados y peligrosos.

Y eso es lo que ese día yo escuche, el chillido en un siervo que obligado a encontrar comida compartió esa impotencia con alguien más, si tan solo de su situación hubiese aprendido a ser humilde, entonces tendría una esperanza de salir de ese hoyo, pero bien les apuesto que si sigue así, siempre hará lo mismo… chillar y nada más. Pues aquí termina el relato de esta loca mente, espero haya sido de su agrado y ojalá sigan leyéndome. Cuídense y recuerden que los quiero :3




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